miércoles, 22 de agosto de 2012

No lo puedo evitar...

No lo puedo evitar, me encanta conversar.


Una sencilla comida, un exquisito vino y una buena conversación han sido mi regalo de hoy.


He aprendido un montón de cosas sobre aviones y viajes que nos ha explicado un piloto jubilado. Nos hemos reido y hemos llegado (para ser sincera y exacta, han llegado, porque mi temor a los aviones siempre ira conmigo, lo único que sucede que entre subir al avión o quedarme en tierra siempre he escogido lo primero) a la conclusión de que es el medio de transporte más seguro que existe.


La vuelta a Barcelona ha sido una auténtica odisea. Nunca me había planteado que podía suceder si conducia una persona bastante sorda... ¡¡ hoy he podido comprobarlo!! Si le dices que gire a la derecha y no te oye o cree que has dicho que el giro es hacia la izquierda, se traslada sin ningún miramiento a su izquierda y gira con gran naturalidad. Atras quedan un montón de coches tocando el claxon, pero le da lo mismo, él no los oye.


Si además la persona encargada de indicarle el camino tiene un sentido de la orientación parecido al de Platero en un garage, el resultado puede ser un viaje a ratos divertido y a ratos desesperante.


Un día sencillo, una comida sencilla, una conversación amena y agradable, una vuelta a casa diferente. En resumen, un regalo de día.

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