domingo, 19 de agosto de 2012

Magda

Magda, mi compañera de trabajo llevaba tiempo como ausente. Nos preguntábamos que le estaba pasando.Las opiniones eran variopintas, como las personas que componemos el total de compañeros. De pronto dijo que se encontraba mal y que tenía que ir al médico. Le detectaron un cáncer de páncreas.


Y aquí apareció una Magda que seguramente nadie hubiéramos pensado que existía. Cogió al toro por los cuernos y decidió no rendirse. Con una dignidad y serenidad, que pido fervientemente tener en momentos asi, nos contó su situación. Luego se hizo una peluca y se cortó el pelo. Ahora va en una silla de ruedas porque se cansa al andar. Pero va de rebajas y sale a pasear en su silla.


Ya no me pregunto porque a buenas personas les sucede esto y a la mala gente no. He dejado de preguntármelo. Magda me ha enseñado que no hay que preguntarse nada, simplemente hay que luchar.


Deseo que, como ella dice, pueda vivir, porque ella lo desea con toda el alma.


¡¡Adelante!!

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